La Iglesia
I. Las preguntas del musulmán
- ¿Hasta qué punto pueden compararse la Iglesia y la Umma (la comunidad de los musulmanes) y en qué aspectos difieren?
- ¿Cuáles son las diferencias entre las diversas iglesias cristianas?
- ¿Se da una búsqueda de la unidad entre los cristianos?
- ¿Cómo se llega a ser miembro de la Iglesias? ¿Qué significa el bautismo?
- ¿Cómo se gobierna la Iglesia? ¿Existe un órgano como la junta directiva de una mezquita?
- ¿Cómo se entiende en la Iglesia Católica el papel del Papa, su infalibilidad, el magisterio eclesial y el Estado del Vaticano? ¿Se corresponde la infalibilidad con el concepto islámico de i sâm (ma sûm, como adjetivo), que expresa la protección del pecado?
II. La perspectiva musulmana
En general
1. Los musulmanes se comprenden como miembros de la Umma, la comunidad de los musulmanes, que, a los ojos de Dios, gozan de total igualdad. No existe jerarquía, ni magisterio con autoridad sobre cuestiones de fe, ni sacerdocio ni clérigos. Cada musulmán se encuentra directamente con Dios, sin necesidad de ningún intermediario.
2. La unidad de la Umma anula la diferencia de grupos dentro del islam (por ej., sunnitas y chiitas) como también la división del mundo musulmán en diferentes Estados independientes, aun cuando en algunas ocasiones tengan conflictos entre ellos o se enfrente en guerras. En contraste, los cristianos están divididos en diferentes grupos, y no sólo en el mundo islámico.
3. Para el musulmán, la interpretación del Corán y de la tradición es, fundamentalmente, responsabilidad de cada creyente. El sistema de la ijmâ (el consenso de los eruditos religiosos) ya no se aplica. Ciertamente, hay musulmanes que desean un magisterio que proteja la unidad de la fe y la explique en el mundo contemporáneo. Sin embargo, lo más frecuente es que encontremos una gran duda sobre la idea de una autoridad vinculante en cuestiones de fe.
4. En general, podemos decir que la gente es musulmana porque ha nacido en un país musulmán y ha crecido en el contexto de la fe islámica. También se aplica lo mismo a los cristianos. Además, la diferencia esencial entre el bautismo cristiano y la circuncisión islámica no se comprende con claridad. En ocasiones, los musulmanes árabes traducen el término árabe circuncisión por bautismo. Por otra parte, cada vez aumenta más el número de musulmanes y de cristianos que se convierten a su fe siendo ya adultos o que se comprometen con ella de nuevo.
En particular
1. En el seno de la Umma todos los creyentes (hombres y mujeres) gozan de la misma igualdad ante los ojos de Dios, como los dientes de un peine (Hadith). «Para Dios, el más noble de entre vosotros es el que es más justo entre vosotros» (49,13). La veneración de Dios no exige mediador alguno, aun cuando la mayoría de los musulmanes den, de hecho, una gran importancia a la intercesión de los santos. En general, los musulmanes creen que Mahoma es quien intercede por ellos ante el trono de Dios, aunque los wahhabis(28) subrayan, apoyándose en diferentes versículos del Corán, que esta intercesión tendrá lugar en el último día y con el permiso expreso de Dios (entre otros textos, véanse 2,256 y 20,108).
2. La Umma es la comunidad de todos los creyentes: «Los creyentes no son sino una única fraternidad» (49,10). El califa (en el pasado) y el jefe del Estado (en la actualidad) tienen el deber de proteger la cohesión de la Umma y asegurar la conservación de la ley islámica, aunque su función no sea normalmente definir meticulosamente ni interpretar la fe y la ley.
3. La definición de la fe y la práctica religiosa es responsabilidad de los eruditos religiosos (ulamâ, es decir, quienes conocen bien las ciencias religiosas; fuqahâ, es decir, los que han estudiado la fiqh o la ley religiosa). La comunidad, es decir, la Umma en su totalidad, es infalible en los asuntos de la fe y de la ley: «Mi comunidad nunca estará de acuerdo en el error» (Hadith). Sin embargo, resulta difícil llevar a cabo este principio. En algunos países es un muftí o colegio de muftíes (dâr al-iftâ) el responsable de interpretar la ley mediante decisiones de tipo legal conocidas como fatuas. El musulmán puede también buscar orientación o consejo consultando a los especialistas y/o líderes espirituales (ulamâ y el sheij entre los sufíes), reconocidos por su competencia y experiencia.
4. El papel del imân es presidir la oración ritual (salât) y pronunciar el sermón (khutba). Normalmente, es un funcionario del gobierno. En el que caso de no estuviera el imán, su puesto puede ocuparlo cualquier varón competente. El imân no es un sacerdote. No existen clérigos en el islam, sino eruditos o especialistas con un buen conocimientos de las ciencias religiosas.
5. Dentro del islam existen numerosos movimientos que afirman ser el verdadero camino. No obstante, muchos musulmanes contemporáneos piensan que la división entre suníes y chiitas en particular, por no mencionar la existente entre grupos más pequeños y las escuelas teológicas, es una cuestión histórica, y que todos ellos no son sino diferentes dimensiones del islam que están enraizadas en el Corán.
6. A los musulmanes les parece el cristianismo está más dividido que el islam, e incluso con respecto a la doctrina cristiana sobre la naturaleza y el significado de Jesucristo. Cuando el Corán habla de Jesús o los cristianos, llama a menudo la atención sobre la desunión existente entre los cristianos: «Pero los grupos discrepan unos de otros. ¡Ay de los que no hayan creído, porque presenciarán un día terrible!» (19,37; cf. 2,113.145; 5,14). Para los musulmanes de Europa, tal afirmación se aplica en particular a la división existente entre católicos y protestantes.
III. La perspectiva cristiana
1. Católico/protestante(29)
i. En la perspectiva cristiana, la Iglesia es un concepto que está formado por muchos niveles. Principalmente, es la comunidad de todos los que creen que Jesús es el Hijo de Dios y el Salvador y lo confiesan así en el bautismo. Esta extensa comunidad de bautizados se divide en diferentes iglesias cristianas.
ii. No se es cristiano por nacimiento, sino por la fe y el bautismo.(30) El que se bautiza se vincula con la muerte y la resurrección de Cristo (Rom 6) y se convierte en miembro de la Iglesia.
iii. La Iglesia se esfuerza constantemente en ser fiel a la palabra de Dios revelada en el Antiguo y en el Nuevo Testamento y en interpretarla según el contexto de cada nueva época. El Espíritu Santo, que Jesús prometió a sus discípulos, interviene en esta constante renovación de la interpretación de la palabra de Dios en el ámbito de la comunidad eclesial.
1.1 Perspectiva protestante
La Iglesia existe dondequiera que se proclame de verdad la palabra de Dios y se administren los sacramentos del bautismo y de la cena del Señor en consonancia con el Evangelio.(31) La Iglesia se basa en congregaciones locales. Su constitución es sinodal; sus dirigentes, ministros o bien obispos, son responsables ante la institución sinodal, que está formada por clérigos y laicos. Toda forma de gobierno en la Iglesia, ejercida bien por hombres o por mujeres, casados o solteros, se comprende como una forma de servicio entre hermanos y hermanas.
1.2 Particularités catholiques
En primer lugar, y por encima de todo, la Iglesia es el Pueblo de Dios, en el que todos sus miembros poseen la misma dignidad por el bautismo. La finalidad del ministerio ordenado es servir a la comunidad de los creyentes. El Concilio Vaticano II, en su constitución sobre la Iglesia (Lumen gentium), habla deliberadamente de una comunidad jerárquica (communio hierarchica).(32) La Iglesia no es la jerarquía, sino, más bien, la comunidad de los cristianos; la jerarquía sirve a la comunidad.
Para comprender adecuadamente la doctrina de la infalibilidad(33) del papa y de los obispos, debe advertirse sobre todo que lo que es fundamentalmente infalible es la palabra de Dios comunicada en Jesucristo, es decir, esta palabra es digna de toda confianza y está exenta de error. Jesús proclama y da testimonio de la verdad sobre Dios (cf. Jn 18,37). Esta verdad se revela a la Iglesia mediante la acción del Espíritu Santo y es recibida mediante la fe. El Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad, conduce a los discípulos de Jesús a la verdad plena (Jn 16,13). En la fe de la Iglesia, suscitada por el Espíritu, reside la certeza de la verdad divina. En este sentido, explica el Vaticano II: «La totalidad de los fieles que tienen la unción del Santo (1 Jn 2,20 y 27) no puede equivocarse en la fe».(34)
Esta exención de error se manifiesta cuando todos los creyentes muestran «estar totalmente de acuerdo en cuestiones de fe y de moral» (ibíd.). La infalibilidad en cuestiones de fe, que pertenece a la Iglesia en su conjunto, se concreta en la comunión de los obispos como sucesores de los apóstoles (sobre todo, en un concilio ecuménico) y en el ministerio de aquel que, como sucesor de Pedro, está encargado del ministerio de la unidad en la Iglesia (el oficio papal). Por tanto, la infalibilidad no pertenece al papa en cuanto individuo, ni todas sus afirmaciones doctrinales son infalibles. Sus decisiones doctrinales son infalibles cuando habla ex catedra, es decir, cuando en virtud de su oficio como «supremo pastor y maestro de todos los creyentes…proclama mediante un acto definitivo una doctrina de fe o de moral».(35) Así pues, el papa, y de igual modo la comunidad de los obispos, no pueden declarar arbitrariamente ciertas doctrinas como infalibles; más bien, están vinculados a la fe con que la Iglesia en su totalidad está comprometida y que transmite. De ahí que antes de tomar una decisión doctrinal, debe prestarse atención al testimonio que sobre la fe dan las Escrituras, la tradición de la Iglesia y la experiencia viva de los creyentes (sensus fideo).(36)
Y a la inversa, es necesario que la comunidad creyente escuche la fe proclamada fidedignamente y con autoridad. Esta proclamación digna de toda confianza es tarea del ministro ordenado en la Iglesia, que se enraíza en la misión de los apóstoles y – específicamente en el caso del oficio petrino – en la misión que Jesús confió a Pedro (cf. Mt 16,18; Lc 22,32; Jn 21,15-17).
La Iglesia universal, tal como se entiende y adquiere forma en la Iglesia Católica, es una comunión de iglesias locales de igual estatus. La unidad de las iglesias locales se fundamenta en la diócesis, que es gobernada por un obispo. La diócesis se divide en parroquias, que son confiadas por el obispo a los párrocos(37). El obispo es el responsable de las iglesias locales; él envía a los sacerdotes, como colaboradores suyos, a reunir a un grupo de creyentes en una congregación. El sacerdote tiene como tarea, apoyada cuanto sea posible por otros cargos de la iglesia, congregar a los cristianos en el nombre de Cristo, presidir las celebraciones de la eucaristía, celebrar los demás sacramentos y ser responsable de la enseñanza y la atención pastoral de los creyentes. La totalidad de las diócesis o iglesias locales constituye la Iglesia universal. La guía de la Iglesia universal y el mantenimiento de su unidad corresponden al obispo de Roma, el Papa, como sucesor del Apóstol Pedro, junto con el colegio de los obispos.
A los dirigentes de las iglesias orientales, bien independientes de Roma o unidas (las iglesias uniatas), se les denomina patriarcas.
2. Las iglesias y la unidad de la Iglesia
La Iglesia ha conocido prácticamente desde sus comienzos el dolor de los cismas (divisiones) y de las herejías (graves distanciamientos de la recta doctrina). Además de las cuestiones teológicas, los factores políticos y morales han jugado un papel importante, e incluso decisivo y determinante.(38)
En la actualidad nos encontramos con tres ramas principales de cristianismo que se han extendido por todo el mundo: el catolicismo, el protestantismo y la ortodoxia(39). Durante siglos, han vivido enfrentadas, incluso bélicamente. También se han enfrentado compitiendo entre sí en el campo de la misión, no siempre con total honestidad. Es evidente que esta situación está en contradicción con el mensaje de Jesús y de su oración por la unidad (Jn 17).
En las primeras décadas del siglo XX, el movimiento ecuménico, que trabaja a favor de la unidad de la Iglesia, experimentó un considerable progreso. En 1948 se fundó en Consejo Mundial de las Iglesias (CMI; en inglés, WCC), al que pertenecen la mayoría de las iglesias protestantes, la iglesia anglicana y la mayor parte de las iglesias ortodoxas. La Iglesia Católica, que cuenta con más de la mitad de los cristianos del mundo, siendo, por tanto, la iglesia cristiana más numerosa, no se unió al CMI, ni siquiera tras el Vaticano II. Sin embargo, participa en las principales comisiones del CMI y ha logrado alcanzar importantes acuerdos con diferentes iglesias sobre la eucaristía, el ministerio, la autoridad en la iglesia y el papel del papa. El camino hacia la unidad de los cristianos está, por tanto, abierto; el objetivo consiste en lograr que todos los cristianos se reconozcan como hermanos y hermanas en Cristo, que se presten atención y que, dondequiera que sea posible, trabajen conjuntamente.
IV. Las respuestas del cristiano(40)
1. La Iglesia y la Umma son comunidades de creyentes. Abarcan también las dimensiones social y mundial. La Umma se comprende como comunidad encargada de llevar adelante la obra de Mahoma en el mundo contemporáneo haciendo que se reconozca la voluntad de Dios. A la Umma como comunidad global se corresponde la Iglesia como unidad espiritual y representación visible de Cristo y de su reino. La Iglesia Católica está más intensamente caracterizada por la estructura jerárquica y la enseñanza magisterial, mientras que en las iglesias protestantes se acentúa especialmente el principio sinodal, incluso cuando se han desarrollado completamente las estructuras de gobierno. Los dos énfasis no deben considerarse como excluyentes.
2. El papado y el califato. Como jefe de Estado, el califa era un gobernante profano; la autoridad del papa es actualmente de naturaleza solamente espiritual. El minúsculo Estado del Vaticano asegura hoy día la independencia política del papa y de la curia, es decir, del órgano central de la Iglesia Católica. Los nuncios o legados papales no son los mensajeros de un gobernante profano; esencialmente, no son más que los representantes personales de un gobernante espiritual.(41)
3. La infalibilidad en la Iglesia Católica(42) y en la Umma. El principio fundamental está presente tanto en la Iglesia Católica como en la Umma. Ambas comparten la convicción de que la infalibilidad pertenece a la comunidad de los creyentes; la diferencia aparece en el modo de determinarla(43). La Iglesia Católica siente la necesidad de un magisterio guiado por el Espíritu Santo, de modo que junto a los inevitables avances que acontecen por el cambio generacional, la Iglesia se mantenga fiel al Evangelio.
4. El sacerdote católico y el ministro protestante, como el imán, presiden las oraciones litúrgicas, predican y enseñan. El sacerdote católico y el ministro protestante son ordenados. En cambio, el imán es un musulmán al que una mezquita o varias le encargan que presida una congregación de musulmanes. Para ser imán no es necesario ningún aprendizaje teológico específico de la vocación.
5. Bautismo, confesión de fe y circuncisión. Uno es musulmán por tener padres musulmanes o por haberse convertido al islam recitando la shahâda, la confesión de fe, antes unos testigos. En cambio, uno se hace miembro de la Iglesia mediante el bautismo, que incluye la confesión de fe en Jesús como el Hijo de Dios. La circuncisión, sobre la que nada se dice en el Corán, es solamente una sunna (es decir, una tradición que se basa en el Hadîth). Para algunos juristas es obligatoria, mientras que otros sólo la recomiendan. Se aplica a los chicos; algunos también quieren aplicarla a las chicas, pero la mayoría de los musulmanes se oponen.44
6. La unidad en la Iglesia y en la Umma. Tanto la Iglesia como la Umma han experimentado cismas y enfrentamientos, que, a menudo, se han visto acompañados por derramamientos de sangre. No deberían negarse ni pasarse por alto los factores humanos, los errores y los pecados. En la Iglesia, esto significaría, por ejemplo, el reconocimiento público por parte de la Iglesia Católica de su contribución al cisma con la Iglesia Oriental y a las divisiones del siglo XVI, así como el reconocimiento por parte de las Iglesias protestantes de los conflictos originados entre ellas. Tal reconocimiento ofrece la oportunidad de explicar que, según la fe católica, la Iglesia es al mismo tiempo de naturaleza divina y humana, que es falible; y que, tanto para católicos como para protestantes, es al mismo tiempo santa y está formada por pecadores. El reconocimiento de que la Iglesia está en constante proceso de reforma(45), implica el permanente desafío a buscar nuevas formas de pensar en el seno de la Iglesia, pero éste no debería malinterpretarse como una invitación a provocar nuevas divisiones. Así como los musulmanes sienten que, a pesar de la división del islam en varias ramas, son hermanos en la fe, los cristianos también deberían reconocer, más allá de las fronteras confesionales, que son uno en Cristo y que están llamados a trabajar conjuntamente dondequiera que sea posible: en la traducción e interpretación de la Biblia; en la reflexión y la investigación teológicas; en el desarrollo de la espiritualidad y del testimonio; en el campo de la ayuda a la sociedad y en la caridad.
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- (28) Los wahabbis son quienes siguen la doctrina de Muhammad Ibn Abd al-Wahhâb (1703-1793), que luchó vehementemente contra toda forma de mediación entre el Creador y la creación, como el culto a los santos, las concepciones chiitas del imán y las tendencias monistas de la filosofía y del misticismo.
- (29) A menos que indiquemos lo contrario, católico/a se refiere al catolicismo romano y protestante a las tradiciones luteranas y reformadas de Alemania.
- (30) Durante las primeras décadas cristianas se bautizaban principalmente los adultos. No hay pruebas concluyentes sobre el bautismo de niños en el Nuevo Testamento, pero tampoco puede excluirse. La práctica del bautismo de niños de padres cristianos a una edad muy temprana se justificó sobre el fundamento de que los padres asumieran la formación de sus hijos en la fe, de modo que en una etapa posterior ellos pudieran confesar conscientemente su fe y comprometerse como adultos en la Iglesia. Algunas iglesias bautizan solamente a los adultos, sosteniendo que el bautismo de niños está en contra del Evangelio.
- (31) Confessio Augustana, art. 7.
- (32) LG 21 (in comunione hierarchica); cf. también LG 8 y 10.
- (33) Los términos arabo-musulmanes ma sûm e isma se traducen, a menudo, por infalible e infalibilidad. Sin embargo, expresan, más bien, la idea de estar protegido; su significado más exacto es protección del pecado. Puede aplicarse a los profetas, o, según los chiitas, a los sucesores de Ali, a quienes denominan imanes. Por tanto, el concepto se entiende normalmente con el sentido de libre de pecado, más bien que con el sentido de infalibilidad.
- (34) LG 12.
- (35) LG 25, en referencia al Concilio Vaticano I.
- (36) LG 12.
- (37) Antes de ser enviado a una parroquia, el sacerdote recibe formación espiritual y teológica en el seminario. Tras su ordenación por el obispo, que tiene lugar con ocasión de alguna fiesta importante, se le envía a una congregación particular. No existe una objeción fundamental contra el matrimonio de los sacerdotes. En Oriente Medio hay muchos sacerdotes casados y la mayoría de los sacerdotes ortodoxos están casados y con hijos. En occidente, en la Iglesia latina, se ordenó canónicamente desde el siglo VII que los sacerdotes no se casaran. Pero esta norma podría cambiarse, puesto que los sacerdotes no forman parte de las congregaciones religiosas. No deberían igualarse los sacerdotes con los miembros de las órdenes religiosas, aunque muchos miembros de éstas sean sacerdotes. Los miembros de estas órdenes, tanto hombres como mujeres, son cristianos que tienen la vocación de dedicar su vida a Dios de un modo particular. Su vida consagrada encuentra una expresión concreta en los tres votos de pobreza, castidad (celibato) y obediencia. Viven en comunidades (como los conventos, por ejemplo) bajo la autoridad de un superior. Algunas órdenes se dedican sobre todo a la oración (contemplación). Otras se dedican a la enseñanza espiritual y/o a la educación de niños y jóvenes, a la asistencia médica o a la asistencia social en general, etc. Cuando sus actividades están relacionadas con la vida de una diócesis, los miembros de las congregaciones religiosas se encuentran bajo la autoridad del obispo. También entre los protestantes, aquellos que se dedican a las tareas eclesiales se forman teológicamente en sus instituciones académicas bajo el magisterio de ministros y de teólogos. En la mayoría de los casos, la ordenación acompaña a su envío a las congregaciones o a otros servicios eclesiales, como la diaconía, la música, el trabajo con jóvenes y la asistencia social.
- (38) El Concilio de Nicea (325) condenó a Arrio y a los arrianos por sostener que el Hijo de Dios había sido creado por el Padre. Las ideas arrianas se encuentran actualmente entre los unitaristas, que rechazan la doctrina de la Trinidad. El Concilio de Éfeso condenó en el siglo V a Nestorio y los nestorianos, que defendían la existencia de dos personas en Cristo. En Iraq e Irán han sobrevivido algunos grupos nestorianos, conocidos como los asirios. No obstante, a lo largo de la historia se han ido uniendo a la Iglesia Católica y se les conoce con el nombre de caldeos. También en el siglo V, el Concilio de Calcedonia (451) condenó a Eutiques y los monofisitas, que admitían solamente la naturaleza divina en Cristo. El monofisismo se mantiene en la Iglesia Copta de Egipto y su iglesia hermana de Etiopía, como también entre los jacobitas de Siria (los sirios) y los armenios. Los cristianos egipcios y sirios que rechazaron el monofisismo, aceptaron la definición de Calcedonia y se mantuvieron leales al emperador de Constantinopla, llegaron a ser conocidos como melquitas (término procedente del siriaco que significa la gente o el pueblo del emperador). Hoy día se aplica este término a los cristianos de rito bizantino que pertenecen a los patriarcados de Antioquía, Jerusalén y Alejandría, bien ortodoxos o uniatas (es decir, unidos con Roma). En el siglo XI se produjo un gran cisma entre la Iglesia de oriente, bajo la autoridad del patriarca de Constantinopla, y la Iglesia de occidente, liderada por el papa de Roma. A partir del cisma, la Iglesia de oriente se designó ortodoxa (es decir, la que sostiene la verdadera doctrina) y la Iglesia romana se autodenominó católica (o universal). Las iglesias de la Reforma surgieron en el siglo XVI. Con Martín Lutero (1483-1546) surgieron las iglesias luteranas, mientras que las iglesias calvinistas o reformadas se remontan a Juan Calvino (1509-1564). En Inglaterra, la Iglesia se separó de Roma durante el reinado de Enrique VIII en 1530, desarrollándose así la específica tradición anglicana a lo largo del siglo XVI.
- (39) Hay que añadir que en cada una de las iglesias orientales encontramos un grupo de creyentes que llegaron a reunificarse con la Iglesia Católica (son los denominados uniatas). Por tanto, hay melquitas católicos y ortodoxos al igual que sirios católicos y ortodoxos. Lo mismo puede decirse de los coptos, los asirios y los armenios. Sin embargo, los maronitas son totalmente católicos.
- (40) Algunas de las cuestiones planteadas en la sección I ya se han respondido a lo largo de la sección III.
- (41) Constantemente se repiten las leyendas en torno a la riqueza y el poder del Vaticano, con particular referencia a los tesoros artísticos que se conservan en los Museos Vaticanos. Gran parte de todo esto se debe al poder político que los papas tuvieron en tiempos pretéritos. El dinero que actualmente se necesita para la administración del Vaticano y para ayudar a la Iglesia universal, procede, casi exclusivamente, de la contribución de los creyentes de todo el mundo.
- (42) En las iglesias protestante se atribuido tradicionalmente la infalibilidad a la palabra de Dios. Los sínodos y otros cuerpos eclesiales desean que sus decisiones sean vinculantes, pero siempre pueden ser revisadas.
- (43) Sobre el ijmâ y la cuestión de la infalibilidad en la Umma, véase lo dicho en la sección II del cap. 6.
- (44) Según una tradición (hadith), la circuncisión es obligatoria para los chicos y beneficiosa para las chicas; según otra tradición, la circuncisión del clítoris debe ser solamente parcial. Incluso actualmente, algunos juristas musulmanes sostienen que la circuncisión femenina está de acuerdo con la sharia; cf. el siguiente hadith: Ibn Hanbal 19794; Abu Dawud 4587; Ibn Maja 600; al-Tirmidhi 101. La circuncisión femenina es practicada por musulmanes y también por no musulmanes, particularmente en África, principalmente porque se cree que fomenta las familias numerosas. Por otra parte, esta circuncisión es rechazada actualmente en círculos no musulmanes pero también en círculos musulmanes, basándose en el argumento de que esta práctica puede tener consecuencias emocionales graves y perniciosas. En condiciones por debajo del mínimo de higiene, la realización de la circuncisión femenina conlleva un grave riesgo para la salud. Incluso en Alemania, donde está penalizada, sigue siendo un problema constante.
- (45) El principio ecclesia semper reformanda (la Iglesia debe reformarse constantemente), que fue resaltado recientemente por el Concilio Vaticano II en el Decreto sobre Ecumenismo: Unitatis redintegratio 6, ha sido un rasgo básico de la Iglesia desde sus comienzos y fue un recurso esencial para la Reforma, que condujo a la creación de las iglesias protestantes.